martes, 20 de diciembre de 2022

Colonia Banesto en Madrid.

 


Colonia Banesto: "Vivo aquí desde 1959 y quieren echarme por 35.000 euros"

  • Los inquilinos, en su mayoría octogenarios, denuncian una "campaña de acoso" de Metrovacesa para que dejen sus pisos tras 58 años en ellos





El banco que les ha permitido vivir casi 60 años en sus casas en condiciones muy ventajosas se ha convertido ahora en su peor enemigo. Y la presión les ha llegado en el peor momento, con la precariedad que implica la jubilación y la vejez. Los 39 inquilinos que quedan en la Colonia Banesto, en el barrio madrileño de Hortaleza, se resisten a dejar sus casas antes del 31 de enero, tal y como les ha reclamado mediante burofax, la actual propietaria, Metrovacesa (cuyo accionista mayoritario es el Santander, sucesor del Banco Español de Crédito, con el 61% del capital) y denuncian una "operación de acoso" de la inmobiliaria con el único fin de echarlos cuanto antes. En su mayoría superan la ochentena.

El primer acto de esa supuesta operación fue el envío de un burofax a todos ellos el pasado 16 de noviembre en el que Metrovacesa les informaba de que, al haber dejado de ser empleados de la entidad bancaria -la mayoría son jubilados de alrededor de 80 años- se pretendía proceder "a la terminación de los contratos de arrendamiento". En la carta, la empresa les daba un plazo de un mes y medio, hasta el próximo 31 de enero, para que entregaran sus viviendas, lo que les ha sumido en una situación de miedo y temor sobre lo que va a ser de sus vidas a una edad tan avanzada.

Desde entonces, los vecinos aseguran que no han dejado de sufrir presiones con técnicas que equiparan a las del "cobrador del frac". Quien las ejerce, aseguran, es el despacho Azerta-Aisén, contratado por la propietaria, que ha ofrecido a algunos de ellos 35.000 euros para que se vayan. La oferta, según denuncian los inquilinos, es "para ya" y, según su testimonio, va acompañada de una amenaza: si la rechazan, la cantidad ofrecida se quedará en 20.000 euros.

Los afectados aseguran que estas invitaciones para abandonar los inmuebles no son nuevas. Banesto ya lo intentó en los años 90 aunque su propuesta fue, a su juicio, mucho mejor. Los que la aceptaron fueron realojados en otros pisos del banco en las mismas condiciones de alquiler de Protección Oficial que disfrutaban hasta entonces en la Colonia. Por eso, el intercambio que ahora ofrece Metrovacesa -35.000 o 20.000 euros- les parece casi un chantaje.

El pavor por la posible pérdida de sus viviendas, se multiplica, según estos octogenarios exempleados de Banesto, por las "continuas llamadas" del bufete de abogados para que se reúnan con ellos. "En algunos casos, ante la negativa de los vecinos a ir, ellos mismos se ofrecen a desplazarse a sus casas", aseguran los vecinos, que se están constituyendo en una plataforma de afectados.

Pero además, los recibos de la renta y el agua han dejado de llegar puntuales cada mes, como en los últimos 58 años. Los vecinos sospechan que lo que Metrovacesa pretende es evidenciar que no los pagan en un posible proceso de desahucio. Por eso han decidido controlar sus propios gastos e ingresar el alquiler directamente en la cuenta que les proporcionó la inmobiliaria al comunicarles que se subrogaba como propietaria en el Santander.

Por último, aseguran que la subcontrata que periódicamente acudía para adecentar la colonia, cuidar los jardines, barrer las calles, vaciar las papeleras y limpiar los portales y demás elementos comunes, ha desaparecido, lo que interpretan como una medida más de presión. "Nunca habíamos visto los portales sucios y las papeleras de la calle llenas de basura, pero desde que Metrovacesa se quedó con la colonia esa es la tónica", afirman.


Metrovacesa niega las presiones

Metrovacesa niega que exista ninguna operación de acoso y asegura que "el trato con todos los arrendatarios y sus familiares ha sido exquisito". "Incluso las respuestas de los arrendatarios también han sido en su mayor parte educadas y cordiales", aseguran. La inmobiliaria añade que la carta que les envió a todos ellos se basaba "en la información de que disponía la propiedad", pero aduce que ahora "se está estudiando cada caso de forma particular" tras "contrastar" esa información "con algunos inquilinos y la anterior propietaria".

Respecto a la oferta de 35.000 euros que puede reducirse a 20.000 denunciada por los vecinos, Metrovacesa asegura que han sido algunos de ellos los que se han puesto en contacto con el bufete "para escuchar si existe una compensación económica cerrada". "Las posibles soluciones económicas serán moduladas caso por caso en atención a las circunstancias contractuales y personales de cada inquilino", insiste la empresa que asegura que está "buscando soluciones razonables en interés de ambas partes".

La inmobiliaria asegura que solo ha llamado una vez a cada inquilino para ofrecerles una reunión y niega, en contra de los vecinos, que sus abogados se hayan ofrecido a desplazarse directamente a sus domicilios. Respecto a los recibos de la renta y el agua, aseguran que "se siguen pasando", aunque admiten que "podría haber habido algún problema administrativo puntual". Y respecto al cuidado del entorno, los portales y los elementos comunes zanjan: "Nosotros desconocemos ese aspecto".

La Colonia Banesto se creó en los años 50 para alojar a los empleados que tenían que acudir cada día a las oficinas colindantes del banco, situado entonces en plena periferia de Madrid y con difícil acceso en transporte público. Con el paso de los años ha quedado rodeada de urbanizaciones modernas en una de las mejores zonas residenciales de la capital, en el Pinar del Rey, junto a la calle Arturo Soria. Un piso de 130 metros cuadrados en cualquiera de esos condominios puede superar los 500.000 euros, según idealista.com. Así pues, estos viejos inquilinos se han convertido en el último obstáculo al futuro 'pelotazo': la operación Mesena.


Artículo publicado el 12.12.17 por : 

GUERRILLEROSGLOBALES

NOTICIAS CAÑERA

COLONIA BANESTO EN CALLE MESENA DE MADRID.

 





UNO DE LOS GRANDES DESARROLLOS DEL NORTE

Ricos contra ricos en Hortaleza: "Los nuevos pisos de lujo dejarán sin sol mi chalé"

Metrovacesa vive un infierno con Mesena 60: lleva cinco años luchando contra los jubilados de Banesto y ahora se enfrenta a unos vecinos pudientes que luchan por sus horas de luz.


Artículo publicado por El Confidencial : 

Cuando un jefazo de Banesto le llamó a su despacho, Paco creyó haberse quedado sin trabajo. Estaba tan asustado que el tono de la conversación le pilló desprevenido: "Me preguntó que qué tal estaba en la empresa, que si tenía novia, que si estaba pensando en formar una familia", recuerda el ex empleado de banca, que por entonces contaba poco más de veinte años. "Y le dije que sí, que tenía interés, sin saber para qué lo quería saber".

 

Aquel día a Paco le concedieron un alquiler, vitalicio y muy rebajado, en uno de la colonia que Banesto estaba construyendo junto a sus oficinas en Hortaleza, en el noreste de Madrid. "Aquí llevo desde entonces, muy contento", dice tras las rejas de su bajo, que tiene un generoso patio que da a una zona ajardinada. Pero desde entonces han pasado 61 años y las cosas han cambiado: Paco hace muchos años que se jubiló y su casa ya no pertenece a Banesto, cuyos activos quedaron en manos del Banco Santander en 1994.

Foto: Ciudad Banesto, y la colonia de viviendas de empleados, está en una de las mejores zonas de Madrid.

En 2017, Metrovacesa heredó estos terrenos de Santander, que los aportó en una ampliación de capital valorada en más de 500 millones de euros, con la idea de construir varios residenciales de lujo en la zona, una de las más cotizadas de España. De hecho este proyecto, conocido como Mesena 80, fue la estrella de su salida a bolsa un año después. La promotora envió en 2018 burofaxes para que las 40 familias que aún quedaban en la colonia fueran abandonándola, ya que Banesto nunca les vendió los inmuebles, sino que se limitó a firmar un contrato de arrendamiento con ellos. Vitalicio, eso sí, lo que ha pospuesto la operación de Metrovacesa hasta nuestros días.

 

La situación en la Colonia Banesto es lisérgica: de los diez edificios, al menos cuatro están completamente vacíos y en los otros seis se reparten las doce familias, que a menudo son octogenarios sin compañía. En algunos edificios vive una sola persona, en otros hay pisos enteros ocupados. No se atreven a juntarse por miedo a que la inmobiliaria aproveche para desalojarlos. En mitad del silencio de las casas vacías hay una garita, financiada por Metrovacesa, para que no se cuelen 'okupas'. Los vecinos denuncian que el servicio de seguridad también se ocupa de los periodistas no hagan demasiadas preguntas por la zona.

 

Los primeros vecinos se marcharon por 100.000 euros, pero a los que quedan no les sacan ni por 275.000

 

Los resistentes se llaman PacoRosaCarmen. Todos jubilados. Tienen sus motivos para aguantar: algunos hablan de dinero, otros de que no quieren salir de la casa de sus vidas a estas alturas. "Yo empecé aquí pagando 300 pesetas de alquiler al mes en los años 60 y ahora pago 98 euros. Yo le he dicho a Metrovacesa que, si me ofrecen un alquiler igual por la zona, me voy sin problemas, pero lo más barato que hay por aquí son 1.400 al mes", dice Rosa, encastillada en su segundo piso.

placeholderAlgunos de los accesos a la colonia han sido cerrados (E.C.)
Algunos de los accesos a la colonia han sido cerrados (E.C.)

Lo cierto es que cada día que pasa están más cerca de una suculenta indemnización. Metrovacesa lleva ya cinco años empantanada en una situación para la que, pensaban, solo haría falta enviar una notificación de desalojo. La justicia no les dio la razón y la promotora se vio obligada a negociar con los vecinos uno a uno. Los primeros que salieron cobraron en torno a 80.000 euros, pero a los que quedan no los consiguen sacar ni con 275.000, la última oferta de Metrovacesa. El abogado Iñigo Sainz de Baranda defendió a varios de los vecinos de la colonia y considera que la promotora "se ha portado francamente bien con los vecinos", llegando a indemnizar a hijos de los trabajadores fallecidos, a quienes no protegía el contrato vitaliacio. "Pero es lógico que Metrovacesa tenga prisa. Están gastando dinero en una seguridad privada que no tendrían que necesitar y, además, los pisos van a hacer rondarán el millón de euros cada uno, no van a vender la promoción en un mes", dice el abogado.

placeholderCarmen, una de las vecinas que lucha contra el desalojo (E.C.)
Carmen, una de las vecinas que lucha contra el desalojo (E.C.)

Se estima que la promotora ha gastado hasta el momento en torno a 5 millones de euros en los desalojos y que necesitará al menos otros 2 antes de ver completo el desalojo de la Colonia Banesto.

Los inesperados vecinos ricos

Si Metrovacesa tenía un oscuro panorama con los jubilados, ahora le ha surgido un nuevo frente al otro lado de la calle: los ricos de la colonia El Bosque. Se trata de un asentamiento conformado por más de 300 chalets, que oscilan entre los 800.000 y los 1,5 millones de euros la unidad, en un entorno natural protegido. La colonia ganó popularidad a comienzos de los 80, cuando los vecinos organizaron decenas de movilizaciones para evitar una carretera que uniría Arturo Soria y la Avenida de San Luis y que pasaba por delante de sus casas, pero en los últimos años se ha convertido en objeto de deseo de artistas y profesionales de éxito, ya que la zona ofrece tranquilidad y mucha vegetación a pocos kilómetros del centro de Madrid. Entre sus vecinos más ilustres destacan Nacho CanoMargarita del Val o la influencer María Pombo.

 

Siete de ellos se han levantado en armas contra Metrovacesa al conocer el anteproyecto de Mesena 80. Según sus cálculos, la altura de los seis nuevos bloques de lujo, así como la de las torres que va a levantar Acciona al lado, dejará sin una hora de luz sus chalets.

placeholderEl anteproyecto de Mesena 80. (Estudio Lamela)
El anteproyecto de Mesena 80. (Estudio Lamela)

"Es un anteproyecto que se ha hecho sin rigor ninguno", dice Pedro, arquitecto y uno de los vecinos afectados, que ha presentado enmiendas ante el Ayuntamiento. "Se ha permitido a Metrovacesa darle más de 3 metros de altura a cada piso, una cifra que es más habitual de un bajo comercial que de una vivienda. Así, y al estar ellos en una plataforma elevada, se nos eleva una pared sobre nuestros patios y fachadas que nos deja sin luz solar, cuando la reglamentación dice que debe garantizar dos horas", dice Pedro.

 

Pedro considera que el anteproyecto de Estudio Lamela para Metrovacesa es "un abuso". "Lo colaron en pleno verano, en un intento de que no nos diésemos cuenta y no nos diera tiempo a poner alegaciones. Y, si no llega a ser porque yo soy arquitecto y leo muy rápido los planos, nos la cuelan, porque han sido todo lo inconcretos que han podido", lamenta Pedro, que no quiere dar su nombre real ya que teme las represalias de la promotora, que no ha querido participar en este reportaje.

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Uno de los patios traseros de la colonia de El Bosque. (E.C.)
placeholderUno de los patios traseros de la colonia de El Bosque. (E.C.)
Uno de los patios traseros de la colonia de El Bosque. (E.C.)

En efecto, los chalets de la colonia de El Bosque de la calle Ólvega tienen un pero: sus jardines posteriores están empalizados por un muro de más de tres metros y por encima asoman los pisos más altos de la colonia Banesto. "Y lo que van a poner tienen dos pisos más, el ático y más altura en cada apartamento... nos van a bloquear y no lo podemos permitir", dice el arquitecto.

 

A su lado Diego, su vecino cazatalentos e impulsor de la revuelta contra Metrovacesa, cree que detrás del anteproyecto "hay mala fe" contra los chalets de la colonia, ya que se han inflado las alturas de las construcciones para incrementar la rentabilidad del proyecto: "Esta zona se ha mantenido de perfil bajo, como un pequeño publecito. ¿Qué sentido tiene poner esos monstruos?", lamenta el vecino, que estima que sus casas perderán en torno a un 25% de su valor de llevarse a cabo el proyecto tal y como se ha planteado.

 

"Somos conscientes de que esto es una guerra de ricos contra ricos", amenaza el cazatalentos, "pero que se prepare Metrovacesa si no quiere hacer caso a nuestras alegaciones, porque ahí tienen los ejemplos de Valdebebas o Chamartín: si entramos en el juego de las demandas a los promotores, esto no empieza a construirse hasta dentro de 20 años".


jueves, 24 de marzo de 2022

Curioso artículo publicado en la red de la Residencia de Banesto San Jaime de Estepona, por : © MMXVI. All rights reserved. | Design: DARNA.COM


                         




https://darna.com › banesto : Residencias Banesto - Darna       EN ÉSA DIRECIÓN WEB ESTÁ PUBLICADO ÉSTE ARTÍCULO.




La residencia "San Jaime" ubicada en Estepona (Málaga) estaba construida a la altura del kilometro 170 de la carretera de Cádiz a Málaga, entre las poblaciones de estepona y Marbella, ocupaba una extensión superior a los 90.000 Kms2

Consta de 24 chalets de seis plazas cada uno, asi como de un colosal edificio central con 128 habitaciones dobles exteriores y con vistas al Mar todas ellas dotadas de cuarto de baño equipado.

Cuenta con sala de fiestas, salones bellamente decorados, biblioteca, sala de juegos,bares, piscinas, campo de futbol,, tenis, baloncesto,de hockey, bolera...asi como de 250 mts de preciosa playa.

Dispone también de aire acondicionado para soportar mejor los intensos calores del lugar y esta ideada para ser el mas moderno centro de vacaciones y descanso para los empleados del Banco Español de Crédito

Aportando también documentos gráficos que nos harán recordar un tiempo donde era habitual pasar las vacaciones familiares en un centro que la empresa proporcionaba a precios reducidos -se pagaba según sueldo- para mantener motivados en el trabajo, y unidos en una agradable y ociosa causa común a los empleados que formábamos la plantilla de nuestro Banco, la Gran Familia Banesto.

 

RESIDENCIA SAN JAIME – ESTEPONA :

Hace muchos años, en España, en un pueblo de la Costa del Sol llamado Estepona, una entidad bancaria, el Banco Español de Crédito, más conocida como BANESTO, construyó una residencia de descanso para sus empleados y los familiares que con ellos convivían, en la que podían disfrutar de todas las comodidades de un hotel de lujo, en primera línea de playa, durante una quincena al año.

En la Residencia San Jaime, que así se llamaba el complejo vacacional, muchos tuvimos nuestro primer contacto con el mar; nuestro baño de yodo y sal. Aún recuerdo, cuando siendo un adolescente, mi padre cargó el coche con las maletas y en un SEAT 127, nos dirigimos rumbo a nuestras vacaciones en la residencia del Banco en la playa.

Entonces el trayecto Barcelona-Estepona, en un coche con 6 personas, cuatro niños y el matrimonio, cruzando media España en pleno mes de julio, no era cualquier cosa y el encontrarse con coches parados en la cuneta con el capó levantando y saliendo humo, era algo bastante corriente.

Nuestro SEAT 127 (foto) salió bueno y la verdad es que tenemos que agradecerle que nunca nos dejó tirados, pero carecía de aire acondicionado y viajábamos con los cristales bajados para ver si conseguíamos que nos diera un poco el aire en la cara. Además, lo normal era llevar una baca instalada en el techo del vehículo, con el equipaje que no cabía en el maletero, el cual se sujetaba mediante una especie de tentáculos elásticos acabados en un gancho metálico, que llamábamos “pulpos”. No importó la distancia ni el calor, porque mi padre, además de hacer los descansos de rigor para repostar, estirar las piernas y tomar algún refresco, paró en Aguadulce, en el parador nacional.

No voy a decir que el viaje fuera corto, pero los pocos años y la ilusión hicieron que los kilómetros fueran cayendo mientras cantabamos la tela de una araña.., sin que el recorrido se nos hiciera demasiado pesado. La Residencia estaba ubicada en el km 170 de la carretera de Cádiz a Málaga, entre las poblaciones de Estepona y Marbella y llegamos a ella contentos e ilusionados.

Era un sitio muy blanco, lleno de luz, con cuidados jardines, una extensión superior a los 90.000 metros cuadrados y 250 metros de playa. El lugar estaba lleno de alegría, como dicen hoy, era un sitio con “energía positiva” Desde lo lejos se divisaba la silueta de la moderna torre de la Capilla, en la que se celebraba Misa los días festivo o sus vísperas. Había parque de juegos infantiles, campo de fútbol, de tenis, de baloncesto, de hockey, bolera …

El complejo constaba de un magnífico edificio principal, con aire acondicionado y de 24 chalets de 6 plazas cada uno, que eran los llamados “bungalows”, en los que acoplaban a las familias que iban con niños menores de tres años, para que no molestaran al resto de los residentes y que disponían, lavadero, nevera y una pequeña cocina para poder hacer la comida a los más chiquitines, pues el resto de la familia comía en el comedor de la residencia. Las habitaciones del mencionado edificio principal eran todas exteriores, dobles y con cuarto de baño y para acceder a la zona de la piscina había que utilizar una escalera directa que había al final del pasillo donde éstas se encontraban, ya que no estaba permitido andar en bañador por los salones, ni otras zonas del mismo.

También disponíamos de sala de fiestas, salones, bares, piscina de mayores y niños … En fin, no faltaba nada. Había sol, mar, playa, teníamos todas las comodidades, buena comida y excelente ambiente, a un pecio más que razonable. Todos hemos disfrutado de la las nuevas amistades y la buena compañía jugado una partida en los lugares habilitados para ello y tomado el aperitivo o el café sentados junto a la piscina.

También recuerdo la actuación de magia que nos ofrecían, con aquél mago que iba todos los años acompañado de su pareja y cuyos trucos intentábamos adivinar y llegábamos a recordar de una vez para otra. A partir de la una de la madrugada los salones apagaban sus luces y solo se mantenían encendidas las de los accesos a las habitaciones. Era el momento del descanso y no estaba permitido utilizar transistores con el volumen alto, para no molestar. En aquel entonces no había nada más que un aparato de televisión en el salón destinado para poder verla.

Eran los años de la carta de ajuste, cuando solo había dos cadenas y se emitía en una determinada franja horaria, finalizando con el himno nacional y la bandera ondeando. Imperaban las buenas formas y la educación y los padres respondían de cualquier desperfecto que pudieran causar sus hijos en las instalaciones así que, por la cuenta que traía, todos estábamos muy bien enseñados. En el comedor sobre todo a la hora de la cena, se exigía vestir más formal. La playa tenía muchas piedras, pero para nosotros era la mejor del mundo, pues íbamos preparados para ello con unas sandalias de goma y disfrutábamos muchísimo jugando con las olas, cogiendo conchas …

Los alrededores de la piscina estaban decorados con construcciones blancas y circulares, ya que las duchas se ubicaban dentro de una especie de tubos abiertos para entrar y salir y había varios bancos redondos, con forma de tarta de dos pisos que servían para sentarse y apoyar la espalda o dejar las toallas.

Estando allí se hacían excursiones por la zona, se tapeaba en Estepona y Marbella, se visitaba el Parque de Atracciones Tívoli de Benalmándena, se paseaba por Torremolinos y Fuengirola, se recorrían las Cuevas de Nerja, el Tajo de Ronda y se hacía el típico viaje en barco a Ceuta, para comprar recuerdos del lugar a buen precio, algo de tabaco y alguna bebida. En los corrillos siempre había una conversación recurrente que era relativa a lo bien que trataba el Banco a los Directores y sus esposas en las reuniones que había allí todos los años.

 

 

 

Después fuimos a la Residencia otras dos veces más de vacaciones, una a bungalow y la última vez que estuvimos, nos dieron habitaciones dentro del edificio, pues nuestros hijos eran mayores y se lo pasaron muy bien en las fiestas, juegos, desfiles, etc. que les organizaban.

Yo recuerdo haber participado en un partido de futbol en el que los casados nos enfrentábamos a los solteros en el campo de futbol que había en la Residencia, no me acuerdo quien gano.

 

Al terminar las jornadas de trabajo teníamos una cena amenizada con música o actuaciones de magos, humoristas, etc. Conservamos recuerdos fotográficos de algunas vacaciones; estas fotos con mi esposa e hija en la residencia son de nuestras vacaciones de 1.979 : Al final nuestra residencia se ha convertido en un complejo hotelero; por lo menos nos queda la opción de visitarla e incluso ocupar algunas de ésas habitaciones del hotel y recordar aquellos excelentes tiempos de : "La Gran Familia Banesto" .

Princess había inaugurado este complejo en 2001, tras remodelar las instalaciones de la denominada Residencia San Jaime, un resort vacacional para los empleados de Banesto del que el banco se desprendió en 1995. La Residencia para empleados de Banesto, se convirtió en hotel en 2001 y se vendió en 2007. Su último inquilino fue la cadena tarraconense Ibersol, desahuciada en 2013 por incumplimiento de contrato.- Princess Hotels & Resorts, ha retomado la explotación de su antiguo complejo hotelero de Estepona (Málaga), que había vendido.- Princess dividirá su comercialización en dos establecimientos diferentes, aunque contiguos. Por un lado, el Andalucía Princess, con cuatro estrellas, 383 habitaciones, dos restaurantes, cuatro bares y discoteca, entre otros servicios, y el Costa del Sol Princess, con 118 habitaciones (15 de ellas familiares) y 12 suites.

La cadena está procediendo a la actualización de las instalaciones para su reapertura en la ya inminente temporada turística. HOTEL PRINCESS COSTA DEL SOL La antigua residencia San Jaime es un ejemplo de esas inversiones privadas enfocadas a resolver el tiempo de ocio de sus empleados, en este caso el Banco Español de Crédito, muy similar a la cercana operación de ISDABE que promovieran las Cajas Confederadas. Situada al sur de la N-340, en primera línea de playa y próxima a la desembocadura del río Guadalmansa, se implanta en un terreno llano en donde puede desarrollar plenamente su programa, buscando la mejor orientación y vistas. Si bien el cambio de función original al actual de hotel ha provocado la modificación de gran parte de su imagen original, conserva todavía ciertos rasgos que provocaron su afiliación a esa arquitectura del relax que describía Diego Santos para la arquitectura de la N-340.

Un pabellón de habitaciones perteneciente al actual Hotel Princess Costa del Sol es lo único que queda hoy de un gran complejo de vacaciones para los empleados del entonces Banco Español de Crédito y conocido como Residencial San Jaime. El conjunto, todo un pueblo de ocio desarrollado sobre una considerable franja de terreno situada a pie de playa, se construyó en 1964. Nacidas de una ya obsoleta concepción de las relaciones entre empleados y empresa, este tipo de actuaciones fueron relativamente frecuentes en aquella época, aunque la mayoría de ellas ya han desaparecido como tales.

Hoy en día sólo subsiste el mencionado edificio residencial, explotado como parte de un hotel, y una pequeña colonia de bungalows adyacente, así como la zona de piscina, que aún conserva el encanto del proyecto original. La disposición en planta del edificio pretende aprovechar al máximo soleamiento y buenas vistas, así como privacidad, adoptando la disposición en espina de pez, pero dotando de un curioso tratamiento formal a los paramentos exteriores, en el que destacan los extraños juegos de hueco-vacío que forman los planos de las terrazas. Así mismo, llaman la atención las peculiares escaleras que rematan las esquinas del edificio.

El Conjunto Residencial San Jaime fue proyectado en el mes de mayo de 1964 por el arquitecto Miguel de Oriol e Ibarra, constituyendo uno de los primeros trabajos de su actividad profesional. Banesto invirtió 5.300 millones de pesetas en el complejo residencial de Banesto en Estepona (Málaga), una antigua residencia para empleados que el anterior equipo gestor utilizaba con mucha frecuencia como lugar de asueto y descanso.

La citada cantidad se invirtió en un período de 16 meses entre los años 1991 y 1992 y el objetivo aparente, fuentes que estaban en el banco en aquella época, era convertirlo en un hotel de lujo. El actual equipo gestor del banco, que encuentra injustificada la inversión realizada, lo ha puesto en venta. Mario Conde responsabilizó de las obras a Fernando Garro, entonces director general de Banesto y uno de sus principales colaboradores. Garro se encargó del proyecto y contrató a Diego Selva, socio de despacho de Antonio Navalón, para que hiciera las correspondientes subcontratas.

Una empresa de Selva llamada, Control Solar contrató los servicios de Arquiplán, sociedad de arquitectura propiedad de Javier Corazón. Este es hermano del diseñador Alberto Corazón, quien ideó la fuente que adorna el patio principal de la residencia.Todos los pagos a proveedores se hicieron a través de Control Solar en Madrid, según las fuentes consultadas, que aseguran que en ningún caso se hacían constar a Banesto y sólo las controlaba Garro.

En Banesto subrayan que las obras realizadas no justifican el pago que se hizo y que, aunque así fuera, no tenía mucho sentido hacer obras de tal envergadura cuando en el banco existían otras preferencias "más importantes que tener un hotel de lujo". Residencia para empleados Los actuales gestores de banco, en cualquier caso, quieren sacar la máxima rentabilidad a la residencia y han puesto en venta el complejo. El lugar en que se en cuentra, en la Costa del Sol entre Marbella y Estepona, le concede un especial atractivo para cadenas hoteleras interesadas en ex tender su presencia.

De hecho, en la anterior etapa de Banesto, el empresario hotelero Pedro Pueyo, propietario del grupo oasis qué mantuvo negocios con Banesto, mostró interés por él, según las fuentes consultadas.

La residencia de Estepona, que fue ideada por el que fuera presidente de Banesto Pablo Garnica para empleados del banco, se convirtió en el lugar preferido de Mario Conde para lanzar sus propuestas sobre política económica y criticar las medidas que sobre esa materia adoptaba el Gobierno. Cada año, en las denominadas Jornadas de Estepona organizadas por Banesto el anterior presidente del banco disertaba a su gusto sobre su visión de la economía y de la política ante un nutrido grupo de periodistas.

Muchas de, aquellas reflexiones, aparecidas en los medios de comunicación puntualmente, se: reflejarían con posterioridad en el libro El Sistema escrito por Conde el año pasado. Pero, más allá de las simples jornadas anuales con la prensa de testigo, Conde y su equipo de íntimos convirtieron la residencia de Estepona en un lugar para su asueto personal que en muchas ocasiones fue testigo mudo de fiestas hasta altas horas de la madrugada. El ahora popular Chiquito de la Calzada fue habitual más de una noche. Testigos presenciales cuentan que no dejaba de contar chistes durante toda la velada para jolgorio de los presentes.

La residencia rehabilitada Sufrió también los caprichos de sus huéspedes. Amigos de la cábala y del esoterismo, algunos de ellos masones (como Conde y Garro), no tuvieron reparos en colocar en sus habitaciones preferidas sus números de la suerte. Poco importaba que la enumeración de las habitaciones no fuera correlativa. También se afirma que aparecen símbolos masones por lugares inesperados.