Nuestra compañera Mercedes Santos Barba nos vuelve a enviar sus recuerdos/vivencias en Banesto, espero os gusten y a quienes vivieron aquellas fechas en ésos lugares, les traigan buenas sensaciones y recordarlos positivos :
Mis primeros recuerdos
Cuando yo me examiné para entrar al Banco el que llevaba este tema era D. José Luis Fernández Company y Rafael Blasco Madrazo era de su equipo. También había un chico bastante delgado al que llamábamos cariñosamente Carlitos.
Entonces Jefatura de Personal estaba en la 6ª planta de Castellana 7, según se salía de los ascensores, de frente.
Junto a la puerta del Departamento había una mesa tras la cual se sentaba Miguel Velaz, el ordenanza que vestía levita, igual que “Manolón” hombre de gran corpulencia y estatura que era el Conserje y prestaba servicio en la planta 11, con D. Pablo de Garnica y Mansi.
Velaz perfumaba el enmoquetado pasillo color granate con ozonopino Ruy Ram, aquél que se mezclaba con agua y que pulverizaban también en los cines de la época.
¿Recordáis el anuncio de la radio que decía: Ozonopino Ruy Ram, el perfume del bosque?
A la izquierda estaba el despacho del Jefe de Personal que era D. Manuel Igea Gil y al otro lado del pasillo, enfrente de los ascensores que daban a la C/ Amador de los Ríos se ubicaba el Departamento de Producción, cuyo máximo responsable era D. Jacobo Argüelles Salaverría, quien con el paso de los años fundó el Banco de Alcalá.
¡Cuántos recuerdos!
Por aquél entonces las cucarachas vivían felices en el edificio y no solo se paseaban por el archivo y se asomaban cuando había reparaciones en la moqueta sino que, a veces, también viajaban en la caja de cartón que subían con bocadillos desde una tienda que había muy cerca, conocida como “El Guarro” y eso ya era, como para no desayunar.
Que buenos recuerdos Mercedes, me parece estar viendo a Manolón al abrirse las puertas del ascensor, tan propio y digno él, un poco colorado, preguntándote con su acento gallego que a donde ibas, luego, tras el anunciar la visita a alguno de los jefes, te pasaba a la sala de espera para hacerte esperar durante un buen rato y así ponerte un poco nervioso. A la sala de Jefatura de Personal no se podía pasar así como así.
ResponderEliminarPor lo que respecta al edificio yo siempre recuerdo al señor que pulimentaba las paredes de madera del pasillo de los ascensores, que no termino nunca la tarea, eso sí lo hacía despacio pero muy bien,
Que buenos recuerdos Mercedes, me parece estar viendo a Manolón al abrirse las puertas del ascensor, tan propio y digno él, un poco colorado, preguntándote con su acento gallego que a donde ibas, luego, tras el anunciar la visita a alguno de los jefes, te pasaba a la sala de espera para hacerte esperar durante un buen rato y así ponerte un poco nervioso. A la sala de Jefatura de Personal no se podía pasar así como así.
ResponderEliminarPor lo que respecta al edificio yo siempre recuerdo al señor que pulimentaba las paredes de madera del pasillo de los ascensores, que no termino nunca la tarea, eso sí lo hacía despacio pero muy bien,